LA
ESTACIÓN TERMINAL Y UN SWITCH
Jack Vettriano – The Look of Love? |
Sé que el amor selecciona sus
ciudades, cada pasión escoge su casa, su forma de caminar por los pasillos de
su propio laberinto, o su forma de oprimir el switch para apagar las luces. Así
también deberíamos poder apagar nuestros
pensamiento, nuestra racionalidad. También sé que hay un pórtico hipnotizador
en cada labio. Existe una escalera sin números llena de pequeñas grietas, por
donde se filtra una breve luz que ilumine la verdad del horror. Cada sueño
tiene formas distintas de inventar corazones o pronunciar los nombres al
contestar el teléfono. Cada ilusión busca siempre la forma de tapar su sombra
desnuda, con los lienzos apropiados para el cuadro.
Hay un día en el calendario, con el nombre
oculto de una mujer que nos aguarda en el final de la historia. Detrás de cada
calle hay un rencor deseable, un arrepentimiento tardío. En todo corazón hay
una cicatriz que no sanará jamás. El amor tiene un nombre diferente para cada uno
de nosotros y lo podemos escribir de diferentes formas para designar al ángel
que deseamos.
Así que ahora, me voy por un momento de la vida
y les aviso: un día regresaré; tal vez mañana, quizá después; porque también sé
que cada tiempo necesita de su desdichado y el de ustedes, el tuyo, quizá sea
yo.
Pareciera que acaban de
ingresarme en este vagón, el 1553, o a esta ciudad, a esta especie de sanatorio,
a esta casa de salud; y sin embargo, aquí nací y seguramente aquí moriré, a
pesar mío. ¿Cuántos años más duraré aquí? En fin, a quién le puede importar. Tú
eres joven y seguramente ya estarás siendo otra persona: “…es tan corto el amor
y es tan largo el auto engaño ”. Qué digo el auto engaño lo imbécil de uno
cuando se enamora. Desde hoy, prefiero el lirismo, la soledad, la tristeza, la
observación exacta del problema, el pensamiento y la lengua bien ubicados; por
supuesto, los amores baratos, las relaciones exprés; tanto así que me planteo el
futuro en este crucigrama que no logro resolver.
¿Te escribiré un libro en La Estación Terminal? Un libro en el que
resuelva el misterio de las mujeres
asesinadas, y el de los extravíos de mis amigas imaginarias. Un libro que permanezca
abierto, que no languidezca en la parsimonia perezosa del olvido. Un libro en
el que las frases transiten como si fueran mis ojos, o como si fueran un paraje
extraño con libros de álgebra empapados en sangre y secándose en sol mientras son
observados por turistas austriacos. O mejor un libro para ver un parque lleno
de gente leyendo y que la gente fuera mexicana, si mexicanos desacostumbrados a
estos inconvenientes de que les tomen fotografías mientras leen.
No, no haré nada que se
parezca a una mancha olvidada en el paisaje. Pero debo advertir, en ese libro y
en ese hospital, habrá un vagón para enfermos terminales como nosotros, y una habitación, la 1553 destinada para asesinos. Y claro, para
nosotros los inconformes con la realidad, gente preocupada por el arte y todo aquello
que le estorbe a este mundo. De vez en cuando, habrá una observación estúpida,
una piedra que se desprenda de uno de estos muros en los que ahora estoy auto-encerrado,
por ser incongruente con el saludo transmitido por los racionales de la ciudad,
por los habitantes de la ciudad, seres humanos horribles, que más parecen
institutrices de esas que no
dejan en paz a los niños a ninguna hora del día. Mientras yo escribo esto, ya ha
pasado del mediodía, tú duermes con una tranquilidad capaz de no escuchar todas las consignas; pero
en tu sueño ha una reserva al buen humor, quizá la clave de todo esto, esta en oculta
en la primera línea de la narración como si se tratará del primer verso que
escribe uno, para que el poema entre en movimiento como por arte de magia, o en
la primera frase con que uno comience a escribir la historia.
Sería fabuloso el libro Marco, claro de vez en cuando hacen falta los colados para animar las fiestas.
ResponderEliminarMe gusta tu prosa ensimismada. Es como ver los labios de una mujer mientras habla y nos cuenta cosas sorprendentes. Los diálogos le darían mucha agilidad, aunque menos intimidad quizá, es cuestión de elegir.
Te he enlazado en mi barra izquierda de paradoxia, cuando gustes allí te puedes ver y es allí donde veo tus actualizaciones.
Un abrazo.
Gracias Bety! Tus palabras me reconfortan... Más adelante hay diálogos... Estoy revisándola,este blog me ayudará a ordenar la versión final...
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